martes, 24 de noviembre de 2009

Tony y el castor


Por: Ricardo Estiben Ramírez Ribera

Érase una vez una familia de castores, el papá era un gran experto y trabajador en la construcción de las murallas para trancar el agua; la madre era una amable y generosa maestra y un pequeño y adorable bebe llamado Tony. Tenía la familia perfecta. Sus padres pensaron que era una persona inteligente, trabajadora y muy honesta, o al menos esto era lo que ellos pensaban.
Paso el tiempo y Tony fue creciendo. Un día su padre lo llevo a su trabajo para enseñarle como hacer las murallas – mira y aprende – dijo su padre. Empezó a romper los troncos con su cola. En aquellos troncos agregaba tierra mojada, para cubrir aquellos agujeros que estaban en estos. -¡Vamos hijo ahora es tu turno!- dijo el padre a Tony. Él empezó a golpear y se dio cuenta que con su cola hacia un ritmo; luego con entusiasmo empezó a golpear los troncos para hacer nuevos ritmos.
El padre pensó que su hijo le había gustado el trabajo y dijo: Tony pon un poco de tierra – el niño obedeció la orden que le dio su padre. Al golpear con su cola la tierra que había puesto, surgió un sonido más agudo con el cual Tony quedó encantado; su esfuerzo y los sonidos eran maravillosos. Su padre lo felicitó y le dijo: -lo llevas en tus venas.
Al otro día su madre lo llevo ala escuela, pero Tony no quiso entrar. – ¡Quiero ir con mi padre!– dijo Tony. Su madre quedó sorprendida y de inmediato fue a hablar con su esposo. –Nuestro hijo quiere trabajar y no ir ala escuela. – ¡Claro! ayer trabajó con tanto entusiasmo que no lo dudo – dijo el padre. Como Tony no quiso ir a la escuela su padre lo llevo a su trabajo. – ¿Padre te puedo decir algo? – Dice tony. –Claro hijo dime lo que quieras. A mí no me gusta la contrición no me gusta hacer este trabajo – dijo Tony a su padre. –Entonces hijo mío ¿por qué te veías tan alegre y tan entusiasmado el otro día? pensé que te gustaba igual que a mi el trabajo – le dice el padre a Tony un poco decepcionado. – Lo siento papá pero a mí lo que me gusta es el ruido cuando golpeo con la cola los troncos, en pocas palabras ¡me gusta la música! – exclamo Tony.

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